Stolen Child

Author: Lola RV / Etiquetas: , , ,


Una de las más bellas canciones de Loreena es Stolen Child. Arreglo musical de uno de los poemas más hermosos de W.B. Yeats, el poeta mago y amante de las hadas; precisamente, trata aquí sobre los niños robados por las hadas, aquéllos que eran cambiados por hadas ancianas y que morían prematuramente. Sus poesías son realmente fascinantes, y algunas guardan “ocultos secretos” de sus saberes mágicos. Un hombre fascinante, y una música bellísima


Stolen Child
Letra de W.B. Yeats, 
música de Loreena McKennitt


Where dips the rocky highland
Of sleuth wood in the lake
There lies a leafy island
Where flapping herons wake
The drowsy water rats
There we've hid our fairy vats
Full of berries
And of reddest stolen cherries.

Come away, oh human child
To the waters and the wild
With a faery hand in hand
For the world's more full of weeping
Than you can understand.

Where the wave of moonlight glosses
The dim grey sands with light
By far off furthest rosses
We foot it all the night
Weaving olden dances
Mingling hands and mingling glances
Till the moon has taken flight
To and fro we leap
And chase the frothy bubbles
Whilst the world is full of troubles
And is anxious in its sleep.

Away with us he's going
The solemned eyed
He'll hear no more the lowing
Of the calves on the warm hillside
Or the kettle on the hob
Sing peace into his breast
Or see the brown mice bob
Round and round the oatmeal chest.

For he comes, the human child
To the waters and the wild
With a faery hand in hand
For the world's more full of weeping
Than you can understand. 






Donde se zambullen las montañas rocosas
Del bosque de Sleuth en el lago,
Hay una boscosa isla
Donde las garzas al aletear despiertan
A las soñolientas ratas de agua:
Allí hemos ocultado nuestras tinajas encantadas,
Llenas de bayas
Y de las cerezas robadas más rojas.

¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde las olas del claro de luna alumbran
Las oscuras arenas grises con su brillo,
Lejos, en el lejano Rosses
Nosotros caminamos por ellas toda la noche,
Tejiendo viejas danzas,
Juntando las manos y juntando las miradas
Hasta que la luna emprende el vuelo;
Saltamos de un lado a otro
Y cazamos las burbujas de la espuma,
Mientras el mundo está lleno de problemas
Y duerme con ansiedad.

¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde el agua errante cae
Desde los cerros a Glen-Car,
En lagunas entre los rápidos
Que casi podrían bañar una estrella,
Buscamos las truchas que dormitan
Y susurrando en sus oídos
Les damos sueños inquietos;
Inclinándonos con suavidad desde
Los helechos que lloran
Sobre los jóvenes arroyos.

¡Márchate, oh niño humano!
A las aguas y lo silvestre
con un hada, de la mano,
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Con nosotros se marcha
El de mirada solemne:
Ya no oirá el mugido
De los terneros en la cálida colina
O a la tetera en la cocina
Cantar paz para su pecho,
Ni verá el cuello pardo de los ratones
Alrededor del cajón de la harina de avena.

Pues se viene, el niño humano,
A las aguas y lo silvestre
Con un hada, de la mano,
Desde un mundo con más llanto del que puede entender.