The Dark Night of the Soul

Author: Lola RV / Etiquetas: , ,




Mayo de 1993 - Stratford... he estado leyendo poesía española del siglo XV, y he sentido una enorme atracción por el místico y visionario San Juan de la Cruz; el trabajo sin título es un exquisito poema de amor entre él y su Dios, muy rico en metáforas. Puede pasar por un poema de amor entre dos personas de cualquier época...Su enfoque parece más bien del estilo de los primeros trabajos islámicos o judíos en su vía mas directa de comunicación con Dios... he leído tres traducciones diferentes del poema, y quedé impresionada al ver lo mucho que una traducción puede alterar un poema. Recuerdo que conocemos la mayoría de las escrituras sagradas por traducciones, creando así una multitud de interpretaciones.





Impresionante canción capaz de ablandar al corazón más duro, una canción en la que supo recoger e integrar todo ese amor puro, sensual y sin mácula que transmite la poesía del místico abulense. Esa canción, que fue gestándose en su cabeza a raíz de su estancia en España, la tituló The Dark Night of the Soul; es decir, ‘La Noche Oscura del Alma’, como el poema del mismo nombre, el más hermoso escrito en lengua castellana.

La voz de Loreena es tremendamente dulce y delicada, interpretando el encuentro de los dos amantes, pleno de ternura y suavidad. La melodía tiene un aire intemporal. Precisamente es lo que conviene para conjugar el eterno tema del amor con la sensibilidad contemporánea. Por algo dice Loreena en sus notas de presentación, que el poema metafórico de amor entre el poeta y su Dios bien podría pasar por un poema de amor entre cualquier pareja de cualquier época.
En sus viajes, dice Loreena, se examinan las cuestiones que resuenan a lo largo de los siglos: "¿Quién fue Dios? ¿Qué es la religión? ¿Qué es la espiritualidad? ¿Qué fue revelado y qué fue ocultado? y, ¿Qué fue máscara y qué fue espejo?". 





The Dark Night of the Soul 
Letra de San Juan de la CruzMúsica y arreglos de Loreena Mckennitt


Upon a darkened night
the flame of love was burning in my breast
And by a lantern bright
I fled my house while all in quiet rest


Shrouded by the night
And by the secret stair I quickly fled
The veil concealed my eyes
while all within lay quiet as the dead


CHORUS
Oh night thou was my guide
of night more loving than the rising sun
Oh night that joined the lover
to the beloved one
transforming each of them into the other


Upon that misty night
in secrecy, beyond such mortal sight
Without a guide or light
than that which burned so deeply in my heart
That fire t'was led me on
and shone more bright than of the midday sun
To where he waited still
it was a place where no one else could come


CHORUS


Within my pounding heart
which kept itself entirely for him
He fell into his sleep
beneath the cedars all my love I gave
From o'er the fortress walls
the wind would his hair against his brow
And with its smoothest hand
caressed my every sense it would allow


CHORUS


I lost myself to him
and laid my face upon my lover's breast
And care and grief grew dim
as in the morning's mist became the light
There they dimmed amongst the lilies fair
there they dimmed amongst the lilies fair
there they dimmed amongst the lilies fair 







En una noche oscura con ansias en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada

A oscuras y segura por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa, en secreto que nadie me veía ni yo miraba cosa sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guiaba más cierta que la luz de mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba allí quedó dormido
y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena cuando yo sus cabellos esparcía con su mano serena
en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme; el rostro recliné sobre el amado; cesó todo, y dejéme

dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.